A modo de presentación


La obra de Fernando de Villena es, ante todo, una lucha titánica contra el desgaste de las palabras, como si le hubiera sido dado conservar su legado contra el deterioro del tiempo y la proliferación de los nuevos bárbaros. Por otra parte, De Villena conecta con la tradición más renovadora de la literatura española, como la Generación del 98 y, más atrás, con el Modernismo, Romanticismo y Culteranismo. Pero, a la vez, es un autor profundamente imbuido de su tiempo, inserto en el más nuevo paradigma. (G. Morales)

Aunque muchos no lo saben y otros no quieren saberlo, el poeta granadino Fernando de Villena es el autor de uno de los ciclos poéticos más ambiciosos, inquietantes y verdaderamente renovadores de cuantos se han producido en la poesía española de las últimas décadas. Este hecho lo convierte en referente obligado para un entendimiento riguroso de la última poesía española y en modelo cierto de las nuevas generaciones, que ya lo siguen con pasión. (J.Lupiáñez)

BIBLIOGRAFIA: OBRA NARRATIVA


                                   MI  NARRATIVA

  Mi obra narrativa puede dividirse en dos apartados: los libros autobiográficos y las novelas propiamente dichas, aunque en éstas también aparecen en ocasiones elementos autobiográficos. Todo novelista, aunque fabule en mayor o en menor medida, parte de sus propias experiencias a la hora de acometer cualquier obra. 
La Literatura ha dado razón a mi existencia. La narrativa me ha permitido rectificar el mundo a mi antojo. La alquimia de la palabra me ha transformado en un hombre más consciente y por ello más humilde.

    La serie autobiográfica, en principio, la concebí como una tetralogía. Cuatro son los elementos, cuatro las estaciones del año y cuatro las edades del hombre, así que mi deseo era dedicar un libro a cada una de esas etapas.
    Al contrario que otros escritores que narran su vida cuando han llegado a la vejez, yo la he ido contando simultáneamente casi a los hechos vividos. El resultado, a mi juicio, ha sido muy dispar. La primera entrega, titulada “El desvelo de Ícaro”, abarcaba mi niñez y primera juventud, y está escrita con un estilo excesivamente barroco para el lector contemporáneo. A veces he sentido tentaciones de retocarla, pero ahora considero que debo ser solidario con el yo que la escribió en su momento. En la segunda parte, nombrada “Atlántida interior” me muestro más seguro, más despreocupado y casi un tanto cínico. Hablo de los años intensos que precedieron a mi matrimonio y la concluyo
con esa hermosa efeméride. El tomo tercero, “La primavera de los difuntos”, se corresponde con mi madurez vital y muestra un tono desengañado, casi de otoño. La cuarta entrega, que ya está finalizada y reposa en los cajones de mi escritorio en espera de editor, se titula “Hiemal”, y puedo decir que guarda una estructura más miscelánea y reflexiva que las anteriores.
    De cualquier modo, en los cuatro libros se alternan la literatura de viajes con las impresiones del mundillo literario, y mi visión del tiempo que me ha tocado vivir con pasajes más íntimos, familiares o filosóficos. Confrontar ahora al autor y protagonista de unas entregas con los de las otras me hace ver cuánto se puede ir cambiando a lo largo de la existencia, cómo unos valores sustituyen a otros y cómo principios y verdades que considerábamos inquebrantables pueden derrumbarse con facilidad en poco tiempo. Acabada la tetralogía, al presente redacto un diario que no pretendo publicar en vida.

    En cuanto a mis obras propiamente de ficción, arranqué publicando una novela histórica ambientada en los inicios del siglo XVII, que se desarrollaba en España y en Italia y que pretendía compendiar todos los géneros narrativos del siglo de Oro (novela picaresca, novela bizantina, novela morisca, relatos de exploradores en América, etc.). Se tituló “Relox de peregrinos” y obtuvo el premio “Ciudad de Jaén”, en un momento en que este premio todavía se fallaba con honestidad.

    “Nieve al olvido” fue mi segunda novela, una obra que se agotó apenas publicada y que hoy es inencontrable. Estructurada en estampas de factura lírica, se trataba de la crónica de una familia granadina a través del siglo XX.

    Posteriormente di a la imprenta el libro “Por los barrios de Granada”, que intentaba recoger en un amplio mosaico todas mis impresiones al pasear por las diversas calles de mi ciudad: los recuerdos propios y los hechos de personajes históricos de todas las épocas que habían vivido en ella o la habían visitado, desde Góngora hasta Alonso Cano, desde Lorca hasta el general Franco…

            Mi siguiente novela fue “La casa del Indiano”, una historia de pasión y de intriga situada en un imaginario pueblo andaluz. Es uno de los libros de los que me siento más satisfecho pues considero que logré recrear con bastante dignidad el ambiente de misterio en torno a esa casa antigua y refleje bien el ambiente rural de nuestra comunidad.

            También una intriga, unas muertes que nadie sabe si calificar de suicidios o asesinatos, en el ámbito claustrofóbico de la Academia de Artillería de Segovia, me servirá para evocar, en la novela “El fantasma de la Academia”, todo el tiempo que permanecí allá cumpliendo mi servicio militar.

            En “El hombre que delató a Lorca” reflexiono sobre cuál sea la posición que deba mantener el verdadero artista y también sobre la envidia y la ruindad en una ciudad de provincias.

            Mi siguiente título, “Sueño y destino” es una novela simbólica, una metáfora del destino del hombre. Sitúo su trama en el siglo XIX y su estructura es deudora de los libros de viajeros tan frecuentes en aquel tiempo.

            A continuación aparecieron mis libros de relatos de miedo “Las mariposas negras”, y “Leffa y otros relatos”. Son cuentos de diferente extensión unificados sólo por la presencia en todos ellos de lo inquietante. Inédito poseo un tercer volumen también dedicado a lo misterioso, cuyo título es “Museo interior y otros relatos”.

    La novela “Una vida del siglo XX” se trata de una parábola: la historia de un hombre que metafóricamente corre paralela a la de España, y encierra un análisis de los diferentes periodos de dicha centuria.

    Muy en línea con “Relox de peregrinos” está la novela “Iguazú” que refleja aventuras en la América española del siglo XVII.

    En “El testigo de los tiempos”, obra en la que he trabajado durante diecisiete años, imagino la historia de Ashaverus o Juan de EsperaenDiós, el judío errante, el hombre que golpeó a Cristo el día de su pasión y que está por ello condenado a vivir hasta que el mundo se acabe. Esta obra me ha permitido novelar más de dos mil años de Historia y hacer un fuerte alegato contra la globalización.

   “Udaipur” es otra novela de aventuras que esta vez se desarrollan entre Venecia y la exótica India de finales del siglo XVIII.

    Finalmente, en “Historietas de Bernardo Ambroz”, creo dos personajes, dos viajantes de caracteres muy distintos, que recorren la Andalucía profunda del arranque de los años sesenta.

    En prensa está mi novela “Mundos cruzados”, en la que analizo el continuo ir y venir de personas entre España e Hispanoamérica siempre en busca de amparo o refugio contra la tiranía.

     Tengo inéditas también unas “Nuevas historietas de Bernardo Ambroz”, otro libro de relatos dedicado a esta época adversa que nos ha tocado vivir y tres novelas: “Diálogos de encrucijada”, texto alegórico sobre la peregrinación de la vida; “Las siete edades” acerca de los falsos valores en el arte y en la España contemporánea, y “Los conciertos”, fabulación sobre un crimen que tiene lugar en el siglo XXI y que puede ser esclarecido gracias a un libro del siglo XVII.
   
   


-“El desvelo de Ícaro”, Ediciones Antonio Ubago, Granada, 1988.
-“Relox de peregrinos” (Premio “Ciudad de Jaén”), Publicaciones de la Caja General de Ahorros de Granada, 1988./ 2ª Edición (Definitiva) Excma. Diputación Provincial de Málaga, 1995.
-“Atlántida interior”, Ediciones Antonio Ubago, Granada, 1990.
-“Nieve al olvido”, Colección “Batarro Narrativa”, Ediciones “Corona del Sur”, Málaga, 1993.
-“Por los barrios de Granada”, Editorial “Arguval”, Málaga, 1994.
-“La casa del indiano”, Ediciones “Port Royal”, Granada, 1996./ 2ª Edición 1998.
-“La primavera de los difuntos”, Colección “Túbal”, Ediciones “Aljibe”, Archidona, 1998.
-“El fantasma de la Academia”, Ediciones “Port Royal”, Granada, 1999.
-“El hombre que delató a Lorca” Ediciones “Port Royal”, Granada, 2002.
-“Sueño y destino”, Colección “Crisálida”, Editorial “Alhulia”, Salobreña, 2002.
-“Las mariposas negras”, Ediciones “Aljibe”, Archidona, 2003.
-“Una vida del siglo XX”, Colección “Narrativa Ideal”, Ediciones “Dauro”, Granada, 2003.
-“Leffa y otros relatos”, Colección “Crisálida”, Editorial “Alhulia”, Salobreña, 2006.
-“Iguazú”, Ediciones “Port Royal”, Granada, 2006.
-“El testigo de los tiempos”, Editorial  “Quadrivium”, Girona, 2008. (Premio de la Crítica Andaluza, 2009).
-“Udaipur”, Ediciones “Carena”, Barcelona, 2010.
-“Historietas de Bernardo Ambroz”, Ediciones “Por Royal”, Granada, 2011.



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